MIS EMOCIONES ME DESBORDAN

fileuploads/noticias/emociones.jpg 18/08/2021

MIS EMOCIONES ME DESBORDAN

Introducción

Se entiende por emoción a aquella experiencia subjetiva y afectiva, que se da como respuesta a lo que ocurre en el ambiente. Como tal, generan respuestas fisiológicas en el organismo, y le preparan para dar una respuesta concreta (huir, atacar, llorar…). Teniendo ello en cuenta, se considera que las emociones son de vital importancia para el pensamiento racional y la correcta adaptación al entorno, siendo el proceso “emoción à pensamiento à conducta”.

Cuando las emociones se experimentan, nos dan información de cómo las personas entendemos el mundo, pues implican un conjunto de pensamientos, experiencias, motivaciones y deseos, necesidades e incluso objetivos. Pero requieren de cierta atención y conocimiento. La inteligencia emocional es la capacidad de conocer las propias emociones y las de los demás, para así saber discriminarlas y orientar nuestras acciones y pensamientos teniéndolas en cuenta. Esta capacidad es de especial relevancia para la adaptación a las diferentes circunstancias de la vida de la manera más adecuada posible.

Sentir una emoción es inevitable, no se puede cambiar, pero como todas las emociones, aunque sea necesario experimentarlas, algunas nos generan malestar (no es lo mismo experimentar felicidad o alegría, que son emociones agradables, que experimentar miedo o tristeza, que se consideran desagradables).Cuando se danaquellas que etiquetamos como negativas, hay veces que intentamos reprimirlas, aunque tarde o temprano acaban saliendo incluso con mayor intensidad y de una forma desadaptativa (se tiene conocimiento del deterioro del sistema inmunológico, dolores de cabeza o gastrointestinales más recurrentes, o el desarrollo de enfermedades somáticas, entre otras).Igualmente, si una emoción nos invade con demasiada intensidad sin ningún manejo, sobre todo aquellas que nos generan malestar (aunque también ocurre con las agradables, como la euforia intensa), tambiénpodemos reaccionar de formas desadaptativas que no son beneficiosas ni para nosotros ni para nuestro entorno, y eso genera a largo plazo una situación de incontrolabilidad y, por ende, un malestar mayor, entrando en un bucle con posibilidad de llegar a ser incapacitante.

Gestión emocional

Es muy importante conocer y saber gestionar nuestras propias emociones, ya que eso ayudará a nuestro bienestar, a sentirnos mejor, a no tener una espiral emocional que puede desencadenarbloqueos emocionales e incluso enfermedades de diversa índole. Para ello, el primer paso para la gestión emocional es identificar qué estamos sintiendo, saber ponerle un nombre. Vivimos en una rutina tan automática y que requiere de tantas atenciones, que no nos detenemos a pensar en cómo nos sentimos, qué nos están indicando nuestras emociones, ni a nivel físico (nervios, problemas de respiración, necesidad de llanto…) ni a nivel de pensamiento (“todo me pasa a mí” “¿Y si no me sale…?”).

Una de las estrategias para gestionar las emociones puede ser llevar un diario emocional, que fomenta el conocimiento de las propias emociones, lo hace consciente, y con ello podemos analizar cuándo ocurre la emoción, cómo la vivimos, dónde la hemos experimentado, si es aislada o continua, etc., y hacer un análisis de los pensamientos que surgen, para poder valorar si son distorsionados (no cuadran con la realidad, como “nunca me sale nada bien”) o no, y  gestionar la emoción de una forma más adaptativa, realista y acorde a las circunstancias.

Otra estrategia cuando aparecen emociones espacialmente no deseadas que nos activan, puede ser la relajación muscular, para conseguir reducir la activación fisiológica y pensar con mayor claridad y evitar reacciones no deseadas.

El empleo de otro tipo de técnicas como la parada del pensamiento pueden ser útiles para la gestión emocional, que puede utilizarse especialmente para emociones que nos invadan y nos desborden (tanto agradables como desagradables), permitiendo de igual forma reducir el nivel de activación para así poder manejarlo. Por otro lado, el entrenamiento en autoinstruccionespuede ser útil en diversos casos, enfocándonos en mensajes hacia el manejo de la emoción, como por ejemplo trasmitiendo mensajes de control y de calma, con el mismo objetivo que las anteriores.

Existen otras muchas opciones que nos pueden ayudar a la educación emocional, como el mindfulness, o realizar ejercicio moderado diariamente, como puede ser el yoga conjunto con ejercicios de meditación.

Finalmente, en el caso de que se considere necesario, se verá la necesidad de acudir a un profesional cuando la desestabilidad emocional deteriora las esferas de la vida de la persona (campo laboral o educativo, familiar, de entorno de amistades…) y dificulta la adaptación a las situaciones cotidianas de la persona. En estos casos, la terapia psicológica de orientación cognitivo – conductual ha demostrado su eficacia y validez para este tipo de problemáticas.

Si consideras crees te encuentras en esta situación o consideras que alguien de tu entorno lo pudiera estar El Centro Valle del Tiétar, ubicado en la Comunidad de Madrid, ofrece atención psicoterapéutica, enseñando estrategias de desarrollo de la inteligencia emocional que permiten a la persona la adaptabilidad a las diferentes dificultades que se le presentan, y que, de una manera u otra, le desbordan.

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