Las Relaciones Tóxicas

fileuploads/noticias/relacion-toxica.jpg 18/09/2020

Las Relaciones Tóxicas

Concepto

Las personas somos seres sociales, estamos en continuo contacto con otras personas, para retroalimentarnos los unos a los otros y así poder responder al ambiente, fomentando de este modo nuestro autoconocimiento y, sobre todo, la autoestima. De este modo, creamos vínculos de apego con las distintas personas con las que nos relacionamos, siendo éste más estrecho cuanta más cercanía exista en la relación; es decir, no mantenemos el mismo tipo de relación y apego con nuestros padres que con nuestros amigos o nuestra pareja.

En toda relación cada persona participa en el vínculo emocional de la otra, no de manera consciente, hasta el punto que llegamos a necesitar del otro para poder funcionar correctamente. Y aunque esto es adecuado, existe, no obstante, el riesgo de generar una dependencia excesiva de otra persona, hablando entonces de las denominadas relaciones tóxicas, en las que existe la creencia de que no poder funcionar o actuar sin esa persona, pues sin la persona no se es feliz, y por tanto la usa para que llene el vacío o necesidad o carencia afectiva que tiene ella misma.

Características de las relaciones tóxicas

Las relaciones tóxicas se dan sobre la base del miedo al abandono, al rechazo y a la ruptura de la relación. Así, se dan ciertas características que determinan la dependencia desajustada:

  • La persona necesita del otro para regular sus sentimientos, es decir, “te necesito para ser feliz, para que me des lo que quiero”. A su vez, la persona co-dependiente se siente responsable de los sentimientos de los demás, ya sea pareja o amigo.
  • Usan el victimismo cuando las cosas no salen como desean.
  • No pueden poner límites.
  • Otros, en cambio, necesitan tener el control constante de aquel de quien dependen. Esto les lleva a ser obsesivos.
  • Tienen baja autoestima: valoración negativa de sí mismos, sus capacidades, y su eficacia o eficiencia, sentimientos de inferioridad e inadecuada autoimagen.
  • Escaso desarrollo de habilidades sociales: dificultad en la toma de decisiones, buscan aprobación constante, les cuesta resolver conflictos, etc.
  • Constante sensación de incertidumbre. En el caso de las relaciones de pareja, se adopta una actitud pasiva, dejando que la pareja decida siempre ante cualquier situación.
  • Sentimientos de culpa: la persona se hace responsable de la felicidad del otro, culpándose cuando no se consigue ese objetivo.
  • Conductas de sumisión: la persona necesita de alguien para sobrellevar los problemas o decisiones de las circunstancias de la vida. Se esfuerza en hacer cualquier cosa, aunque no lo desee o vaya en contra de sus valores, con tal de que no le abandonen. Se está constantemente pendiente de las necesidades del otro, cubriéndolas y anteponiéndolas a las propias, incluso a pesar de las consecuencias adversas. Alta tolerancia a las críticas o manipulaciones, porque les cuesta decir que no.
  • Conductas de control o dominación: el miedo al rechazo o al abandono, en este caso, se refleja con constantes enfados o alta irascibilidad, usando amenazas, o manipulando para hacer creer que son necesarias (chantaje emocional).
  • Perdón: la persona dependiente suele perdonar muchas cosas que previamente a la relación no hubiera pasado por alto.

 

Consecuencias de las relaciones tóxicas

Todas estas características o respuestas de dependencia en la relación tóxica llegan a crear consecuencias negativas en la evolución de la propia relación. La persona dependiente acepta al otro, incluso pudiendo aceptar agresividad o maltrato, con la esperanza de que cambie algún día y se pueda conseguir esa relación idealizada. Además, comienza a aislarse del resto de relaciones sociales; esto es, se focalizan tanto en la persona necesitada, que abandonan otras relaciones. Llegan, en situaciones de mayor toxicidad, a cambiar sus actitudes o estilo de personalidad, con tal de agradar.

El mantenimiento de todo ello crea un gran sufrimiento para la persona, con elevada ansiedad e hipervigilancia a la persona de la que dependen, pero a la par teniendo cada vez reacciones emocionales más intensas cuando la pareja o persona no actúa como se espera.A menudo sienten que los demás no se preocupan por ellos lo suficiente, o que no le corresponden en el mismo nivel, llegando a sentir que estorban.No obtener el resultado deseado (cariño, atención, resolución de dudas, etc.), baja la autoestima o aumenta la culpa, y se entra así en un círculo vicioso que dificulta una relación estable, aumentando poco a poco la toxicidad.

¿Qué hacer ante una relación tóxica?

Generalmente la persona “no tóxica” es la que suele pedir ayuda ante el desgaste observado en la relación. Lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de romper este vínculo tóxico es valorar si nos encontramos ante un amor real, un apego ajustado, o necesidad o una obsesión. Es importante diferenciar la necesidad de ser cuidado de la necesidad de ser querido.

Es recomendable tomar distancia en la relación, ayudando a la persona a mejorar su autoestima y haciéndola consciente de la dependencia que muestra. Además, es importante poner límites y frenar conductas desadaptativas (no tomar decisiones por la persona dependiente, no resolverle los problemas, dar responsabilidades…). En casos graves, se debe considerar la posibilidad de acudir a los profesionales, que ayudarán a marcar las estrategias necesarias para intentar reparar el vínculo desajustado.

 

El centro de tratamiento Valle del Tiétar cuenta con un equipo multidisciplinar, que abarca las problemáticas existentes en las relaciones tóxicas, abarcando todos los aspectos involucrados en las personas dependientes, y/o codependientes, cambiando esa patología de funcionamiento, y recuperando un vínculo afectivo adecuado y estable.