Adicción al juego en tiempos de covid-19

Así como una necesidad de reinventar las formas de trabajar y comunicarse socialmente. Internet y la cantidad de dispositivos que nos rodean hoy en día, nos ha permitido mantener la cercanía con nuestra gente, así como posibilitado la continuación de la actividad laboral y del aprendizaje académico.

Estas readaptaciones no solo han sido útiles durante la fase dura de confinamiento, también durante los meses en los que no hemos podido viajar a visitar a otras personas (allegadas o no), o encontrarnos en grupos en espacios cerrados o abiertos, incluyendo los entornos laborales.

Pero esta sobre-utilización y sobre-exposición de los dispositivos e internet ha traído consigo un aumento de la dependencia de las tecnologías y conductas asociadas. Mucho se ha hablado de los niñ@s, adolescentes y jóvenes (y no tan jóvenes) con riesgo de desarrollar dependencia hacia los videojuegos antes la disminución del abanico de ocio, pero no es el único problema derivado, ni el más pernicioso para la persona y su entorno. Nos referimos al aumento en la adicción al juego o el riesgo de ello (jugadores problema) que conlleva el incremento en el uso de juego con dinero online.

Este aumento en los juegos online, principalmente póker, juegos de casino y juegos de azar, se ha observado especialmente (y de forma alarmante, para qué negarlo) en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años, encontrando pocos mayores de 74 entre los que han utilizado estos medios.  De aquellos que en la encuesta del Observatorio Español de Drogas y Adicciones afirmaron haber jugado apostando durante el confinamiento, el 26,3% presentan un posible juego problemático (posible, puesto que no se han publicado evaluaciones en profundidad hasta la fecha).

Bien es cierto, que la cantidad de juego con dinero de forma presencial ha disminuido, pero es explicable por los confinamientos y limitaciones de aforo en hostelería y lugares dedicados a ello.

Ya os hemos contado en anteriores entradas, cómo la situación de pandemia ha aumentado el consumo de sustancias (por ejemplo: https://www.ctvtietar.com/blog/confinamiento-y-alcoholismo ). Como en esos casos, no solo influye la accesibilidad y tiempo que pasas conectado a dispositivos, si no que entran en juego otros factores. Entre estos podemos encotnrar las emociones de aislamiento, soledad o aburrimiento, contrastadas con la diversión, evasión de los problemas, la excitación o euforia que se vinculan con la experiencia en juegos de azar y apuestas. También se suman, en algunos casos, los problemas económicos que ha supuesto la pandemia y la idea (errónea) de que jugar es una forma de conseguir dinero, llevándoles a grandes pérdidas y, finalmente, a la espiral típica en una persona con adicción al juego: seguir jugando, e incluso incrementando, angustiado y/u obsesionado con recuperar el dinero perdido, lo que lleva a más pérdidas, lo que lleva a jugar más, etc.

A esta angustia y a los grandes endeudamientos que provoca esta conducta adictiva, se suman comportamiento de irritación y agresividad, problemas emocionales y de ansiedad, problemas de pareja, familiares y sociales (víctimas indirectas y directas de), así como una tendencia a incrementar el consumo de alcohol y otras sustancias.

Este problema no desaparece por sí solo llegado a cierto punto, pese a que las personas que lo presentan estén seguros de su control sobre su conducta y sobre el juego en sí, además provoca un gran estrés e impotencia en las personas cercanas. Es necesario un abordaje amplio e intenso por parte de profesionales.

Si tú, o una persona cercana, te encuentras en esta situación, en el Centro Terapéutico Valle del Tiétar, abordamos la enfermedad desde el principio, y realizamos  un análisis intrínseco, sobre la personalidad y características del individuo con el fin de obtener respuesta ante las conductas tan desajustadas y condicionantes en las diferentes esferas de su vida.

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