El Chemsex es un tipo de comportamiento cada vez más presente en la sociedad que consiste en la ingesta o consumo de sustancias químicas con el objetivo de provocar, mantener o alterar de algún modo las relaciones sexuales. En ocasiones podemos encontrar de base una clara falta de gestión emocional, tolerancia a la frustración, o una búsqueda de sensaciones nuevas que dan como resultado la creación de un dualismo sustancia-relación sexual que puede suponer un problema para aquellos que luego tratar de retomar sus relaciones sin sustancias. Además es necesario tener en cuenta también que los consumos o policonsumos de tóxicos pueden tener consecuencias graves en las funciones fisiológicas del cuerpo, que en ocasiones son irreversibles. Algunas de estas sustancias son de curso legal y se recetan bajo una clara prescripción médica como pueden ser la Viagra, Cialis o el Caberjet, que son facilitadores de la erección genital masculina. Otras muchas no lo son, entre ellas las más asociadas a esta práctica son la cocaína, el GHB, la metanfetamina y el éxtasis, por ser todas ellas claros estimulantes del sistema nervioso central, además de alterar la sensaciones propioceptivas y/o de los demás sentidos. Si bien es cierto que podemos decir que lo más habitual es que los que practican este tipo de mezclas sean los varones, no está tan claro que exista un determinado colectivo en el que predomine por encima de los demás. Aspectos como la necesidad de mantener relaciones durante un tiempo determinado, en unas circunstancias personales estresantes, o incluso alcanzar un estándar de exigencia fijado en muchas ocasiones por la ficción cinematográfica puede suponer importantes factores de riesgo para poder intentar obtener los supuestos beneficios de algunas drogas, sin tener en cuenta el valor adictivo de las mismas, o sus posibles efectos adversos. Más allá de las personas que utilicen las sustancias para su uso pautado por un especialista, como puede ser en el caso de la disfunción eréctil, cada vez son más los ambientes lúdicos los que destacan en promover este tipo de conducta. Igualmente existen algunas redes sociales mediante aplicación móvil que permiten especificar como opción personal el deseo de practicar este tipo de relaciones. Estos encuentros casuales no solo aumentan las probabilidades de contraer alguna ITS y ponen en riesgo la integridad de las personas al quedar con desconocidos, sino que para aquellos que tengan una alta sensibilidad a los estimulantes puede suponer un punto de no retorno ya que algunas drogas pueden tener la capacidad de provocar trastornos paranoides o brotes de esquizofrenia que una vez sucedidos aumentan la probabilidad de repetirse, o incluso se quedan ciertos rasgos presentes para toda la vida.
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